domingo, 25 de enero de 2009

Capitalismo: Auge vs Crisis

...La economía mundial se transforma con rapidez, se deteriora y luego crece. Una de las principales características que definen al capitalismo es su carácter cíclico en el que se suceden consecutivamente etapas de auge económico y crisis, sin que exista un fórmula que rompa esta concatenación pues, ambas, llevan inherentes los factores que nos conducen hacia la nueva situación. Son varios los factores que han confluido y que han desembocado en la actual recesión mundial y cuyos efectos son y serán más acusados en España fruto de los débiles soportes de su sistema productivo basado en el ladrillo, que hoy se convierte en polvo, y en una frágil competitividad, herencia de un cúmulo de paradigmas que siguen sin resolverse.
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...Sintetizando, el hecho desencadenante que ha provocado esta situación han sido los préstamos, entre ellos los hipotecarios, basados en bajos tipos de interés y que, por consiguiente, dotaron a las economías de una mayor liquidez y una excesiva demanda cubierta por las entidades bancarias. Una elevada inflación y el aumento de los tipos, principalmente el de los hipotecarios, ha exprimido la situación de tal forma que el consumo ha caído vertiginosamente y el fantasma de la morosidad y la desconfianza merodea por los rincones de todas las entidades de préstamo. Si hace no mucho tiempo el grifo estaba abierto y cualquiera podía beber de él, incluso empacharse innecesariamente, ahora ni los más sedientos, a pesar de su intachable andadura y de su función vital dentro del tejido empresarial, pueden hidratarse y tomar un respiro ante la asfixiante situación que se nos impone.

...Tampoco podemos pasar por alto que vivimos en un proceso de globalización que nos engulle a todos y cuyos efectos y alteraciones se hacen notar a todas las escalas. Las economías nacionales se han integrado en la economía internacional de forma que su evolución y devenir depende de los mercados internacionales y no tanto de las políticas de los gobiernos, que no por ello dejan de ser vitales. Pero en todo esto hay un director de orquesta, Estados Unidos, la gran potencia que es determinante para sustentar el equilibrio y cuyos cambios son concluyentes para el resto del Mundo. Dice John K. Galbraith en su obra “Introducción a la economía: Una guía para todos (o casi)” que “Cada francés y cada francesa harían bien en mirar qué pasa en Whashintong antes de meditar qué pasa en París”; vamos que “cuando veas las barbas de tu vecino cortar, pon las tuyas a remojar”, que dice el refranero español. Y dentro de los Estados Unidos quien marca el día a día es Wall Street la principal máquina de hacer dinero fácil, lejos de conceptos tan arraigados como productividad, competitividad o empleo de los que muchas empresas se han olvidado, obviando su vertiente socioeconómica, y que se han enrolado en la apasionante aventura financiera, tan opulenta como quebradiza. El mundo de las finanzas reúne cuatro cualidades que hacen de él un modelo perfectamente adaptado al nuevo orden globalizador: inmaterial, inmediato, permanente y planetario. Las economías nacionales se sienten impotentes ante los movimientos de un monstruo de inmensos capitales virtuales que se han liberado de cualquier forma de control social y político y que, es más, hoy día marcan el ritmo político, social y económico del planeta, marcan el ritmo de la crisis.

...Lo bueno de las épocas de crisis es que hay mucha gente ociosa y eso le permite pensar y eso es precisamente lo que debemos de hacer todos. Como marcan los cánones capitalistas esta etapa pasará y los buenos tiempos volverán, pero esa reflexión es necesaria para sobreponerse y afrontar los nuevos retos desde otra perspectiva. Alfred Marshall definió la ciencia de la economía como “el estudio de la humanidad en la conducta de su vida cotidiana” y es precisamente por ello por lo que todos los agentes políticos y sociales han de tomar una posición pro-activa para que las consecuencias de la crisis se mitiguen y, cuando vuelva a llegar, no sean, en el caso de España, tan profundas como ahora.






Lectura recomendada: “Introducción a la Economía: Una guía para todos (o casi)” de Jonh K. Galbraith y Nicole Salinger




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